EL LEGADO DE WALTER RODNEY
Dedicado a la memoria de Fritz Saint Louis miembro fundador del Comité de Solidaridad con Haití, Coordinador Internacional del Movimiento Unido Socialista Haitiano por el ALBA y Secretario General de la Casa Cultural Haitiana Bolivariana de Venezuela, quién fuese vilmente ajusticiado hace un año (26 de marzo de 2016) en su hogar por atacantes anónimos. Justicia para su causa, paz para su alma y consuelo para los suyos. ¡Hasta siempre afrohermano!.
Se fue el mes de marzo pero trajo consigo fechas de significativo peso político y simbólico en la historia de la diáspora africana; por una parte están el 21: Día Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, el 24: Día de la Abolición de la Esclavitud en Venezuela, el 25: Día del Recuerdo de las Víctimas de la Trata Esclavista y, por otro lado (no menos importante) una ocasión quizás poco conocida el 23 de marzo. Este día, en el año 1942, nace un hombre cuya gran estatura de intelectual (pensador y activista) vino a sustentar el fundamento ideológico de la lucha afrodescendiente en el siglo XX: el Movimiento Descolonizador de África; especialmente la lucha anti-apartheid en Suráfica y, sin lugar a dudas, la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, el gran Walter Rodney.
“Walter Rodney no era un cautivo intelectual de la galería del radicalismo local o internacional. Él era claramente uno de los más sólidos e ideológicamente posicionados intelectuales a la hora de mirar a los ojos al colonialismo y su heredero contemporáneo el oportunismo negro y la explotación“ – Wole Soyinka, Oduduwa Hall, Universidad de Ife, Nigeria, 27 de junio 1980.
Originario de Georgetown – Guyana y proveniente de una familia de clase trabajadora, Rodney destacó desde muy joven por su brillantez y capacidad analítica. Al salir de la escuela primaria, ganó una beca para estudiar en Queen’s College; una vez allí su genial desempeño como debatiente y atleta lo hicieron merecedor de otra beca, en 1960, para continuar sus estudios en la West Indies University de Jamaica.
Obtuvo un grado de Historia en 1963 y ganó una beca más, esta vez para la School of Oriental and African Studies en Londres. En 1966, a la edad de 24 años, se hizo acreedor (con honores como era su costumbre, del Doctorado en Estudios Africanos.
En el periodo de la liberación africana, se involucró y participó ofreciendo sus destrezas a la disposición de la emancipación de los pueblos. De allí surge su célebre obra del año 1972: How Europe Underdeveloped Africa (Cómo Europa subdesarrollo a África). También desarrolló una reputación como teórico panafricano participando en los congresos realizados en Tanzania. Estuvo muy cerca de algunos de los líderes de los movimientos liberales de África y también de los líderes políticos de las organizaciones populares de los territorios independientes.
El discurso y mensaje coherentes de parte de Rodney se observan en la integridad de su teoría y su praxis. No se redujo al papel de un académico-tecnócrata que teorizaba desde la comodidad de una oficina o aula de clases, sino que se convirtió en un verdadero activista social y líder político; un intelectual orgánico, según la doctrina de Antonio Gramsci, dedicado a la defensa de la causa revolucionaria.
Si algo demostró su trabajo fue la vinculación directa entre dominación y subdesarrollo. De ahí que la lucha por la liberación revista un carácter mucho más pragmático que idealista. Al resistir y combatir la dominación, en realidad se está dando la batalla en contra del atraso de los pueblos en términos materiales. Combatir entonces es igual a proteger el patrimonio y, consecuentemente, el desarrollo de los pueblos.
En este sentido, tres pudiéramos rescatar como las columnas fundamentales sobre las cuales se yergue su cosmovisión de la realidad africana y afrodiaspórica:
I) La pérdida masiva de la fuerza de trabajo de África fundó las bases para el subdesarrollo del continente; por cuanto se trataba no sólo de mano de obra calificada, sino de los sectores en edad productiva: jóvenes y adultos jóvenes en su mayoría hombres. De ahí que la actividad económica africana se haya visto seriamente afectada ante la diezma demográfica. Esto a su vez, llevó a la imposibilidad material de domesticar a la naturaleza y el medio ambiente circundante con el consecuente traslado de poblaciones enteras hasta locaciones menos inhóspitas.
II) La reproducción del criterio académico eurocéntrico, según el cual “la trata negrera fue moralmente reprochable pero económicamente productiva” constituye una falacia histórica en tanto señala que algunos gobernantes africanos obtuvieron riquezas materiales al comerciar con los europeos utilizando a sus congéneres como medios de cambio. Este “ridículo argumento” en palabras de Rodney, omite la premisa de la generación de riqueza para los africanos; por cuanto los bienes tranzados con los pocos gobernantes en cuestión no constituían, en modo alguno, factores productivos, sólo se trataba de meras mercancías consumibles como alimentos o textiles.
III) África experimentó la pérdida de oportunidad de desarrollo de su mano de obra; ello generó un atraso tecnológico; por cuanto la trata esclavista supuso la imposibilidad de la educación y la formación del africano que permaneció en su continente, con la directa consecuencia del atraso tecnológico.
En 1974, Rodney regresó a su patria para fungir como profesor de Historia en la Universidad de Guyana, pero el gobierno decidió revocar tal posición. A pesar de esto, el intelectual permaneció en el país como militante activo del Working People’s Alliance; (WPA) emergiendo como la figura líder de la oposición al gobierno autoritario del People’s National Congress (PNC) Sus arengas enfatizaban la necesidad de emancipación de la clase obrera, el poder del pueblo y la democracia racial.
El 11 de julio de 1979 fue arrestado, junto a siete de sus colegas, luego del incendio de dos oficinas gubernamentales. Desde ese periodo en adelante fue constantemente perseguido y hostigado hasta la tarde del 13 de junio de 1980, cuando fue asesinado por una bomba en el medio de Georgetown; dejando atrás a su esposa y a sus tres hijos.
El legado de Rodney representa la liberación de las mentes de toda una generación. Su rigurosa investigación científica y sus preclaros argumentos políticos sirvieron para demostrar que la visión eurocéntrica del mundo; alguna vez omnipresente, carecía de argumentos para sostener las teorías del desarrollo y subdesarrollo de las naciones.
Sus ideas vanguardistas desafiaban el pensamiento liberal occidental predominante en la academia según el cual “el mundo civilizado le debía a Europa su condición de tal”. No sólo desarticuló esta clase de premisas, sino que demostró, desde la teoría científica social, que las bases materiales del desarrollo económico del mundo occidental estaban cimentadas sobre la mano de obra africana esclavizada y que los avances europeos fueron hechos en detrimento del continente africano, al que se subdesarrolló sistemáticamente en términos políticos, económicos, tecnológicos, sociales y culturales, como requisito necesario para el crecimiento de la metrópoli europea.
La visión rodniana marca una hoja de ruta para todos los líderes progresistas contemporáneos. En principio, deja claro, con el triste ejemplo de África, que el sistema neoliberal requiere de grandes perdedores para que unos pocos ganadores se hagan con el botín y la prosperidad de sus pueblos. El corolario lógico de esta premisa es pues, la imperiosa necesidad de un cambio de modelo; uno que, realmente, sea capaz de garantizar el desarrollo y supervivencia de las generaciones futuras.